Querida mamá:
Dentro de unas semanas se celebrarán el Día de la Madre nuevamente. En estos días recordamos ¡de nuevo! La importancia de tu ser de madre, y queremos tenerte presente. Bien sabemos las muchas maneras de hacerlo. Este pequeño escrito es una de ellas. Sabemos bien que no es suficiente para retribuirte todo el amor, cariño, entrega, desvelos y cuidados. Pero en el va un pequeño gesto de amor agradecido de nuestra parte para contigo.
Queremos decirte que eres una luz esplendorosa, un resplandor de la vida en nuestra familia. Nos has iluminado con tu ser, tus gestos y con tus palabras, las cuales han quedado grabadas en nuestro ser y en nuestro corazón.
Además de darnos el ser corporal y de cuidarnos físicamente, nos has educado y facilitado la instrucción necesaria para la vida. Y luego nos has orientado de muchas otras formas a lo largo de la vida. Nos ayudaste a encauzar nuestros sentimientos y a expresarnos con inteligencia y sentido de la oportunidad. A apreciar las diferencias entre niño-niña, para poder vivir con dignidad, haciéndonos valorar al mismo tiempo la igualdad fundamental de hombres y mujeres, hijos e hijas de Dios, y el destino de amor a que estamos llamados.
¡Cuantos rezos, oraciones aprendimos de ti! Nos enseñaste a hacer la señal de la cruz…. Muchas veces no entendíamos estas cosas, y tú con paciencia, nos la hiciste comprender y estimar. Nos llevabas a Misa para que fuésemos saboreando lo bueno que es el Señor, aunque a veces no entendíamos la importancia de este encuentro con él. Sin tu ejemplo y tu enseñanza hubiese sido casi imposible. También gracias a ti somos hijos de dios.
¿Cómo no agradecerte la luz vocacional que has ofrecido a nuestra vida, tu apoyo para enfocar ese futuro y para definir nuestra profesión? Con esto pones el broche de oro de tu inapreciable tarea educativa de madre. ¡Así eres tu mamá! Vas por la vida, sembrando cariño, bendición y alegría. Te ruego me bendigas y bendigas a todos los hijos del mundo, especialmente a los huérfanos, a los abandonados, a los que anhelan tener su madre cerca y están lejos o ya partió a la otra orilla donde está Dios.
Bendícenos a todos, mamá y con la santísima Virgen María, toma nuestras manos y dinos:
YO LES BENDIGO
EN EL NOMBRE DE
DIOS PADRE,
DIOS HIJO Y
DIOS ESPÍRITU SANTO.