No se trata de una pérdida de tiempo sino de una de las mejores formas de invertirlo, ya que además de aprovechar mejor el tiempo, se consigue la sensación de que es el alumno o estudiante el que controla la asignatura que se estudia y no a la inversa.
El estudiante tiene que marcar el objetivo a estudiar, si no se hace de esa manera resultar inútil e inalcanzable la meta al objetivo por alcanzar. Si no se ha estudiado de la manera que se tenía planificada hay que hacerlo después para compensar el estudio recuperando de esa manera y no pasando lo que se tuvo que aprender ese día. Un día sin estudio se considera tiempo perdido.
Cada individuo tiene diferentes horas para estudiar y que se adapta a la persona, pero lo mejor es por la mañana lo han aconsejado los grandes expertos. Es cuando nuestro cerebro está más receptivo des pues de un buen reparador sueño.
Por la mañana es cuando tenemos que estudiar las materias más difíciles para que por las tardes nos demos un tiempito para dar un repaso. No es muy conveniente estudiar de noche, porque nuestro cuerpo se encuentra cansado y preparado para el reposo a menos que haya una urgencia.
El pasar hora tras hora estudiando tan poco es conveniente esto entumece el cuerpo y la mente, hay que moverse un poco haciendo otra actividad para activar la mente y el torrente sanguíneo y de esa manera oxigenar el cerebro para volver a concentrarnos.
Nunca estudies en ayunas no es conveniente, es como echar una maquina andar sin aceite.
“La posición adecuada para estudiar por un periodo de larga duración consiste en mantener la espalda recta y las piernas dobladas en ángulo recto, de 45 a 50 minutos y descansar de 5 a 10 minutos, en un entorno con una temperatura de entre 18 y 22 grados centígrados.”