Es evidente como en la ciudad se ha transformado en forma en forma notable . Nuestras amplias avenidas han dado lugar a un mayor flujo veicular.
No cabe duda de que hemos progresado como citadino, cada vez hay más vehículos de toda índole, sin embargo esto conlleva también riesgos , ya que las posibilidades de percances son mayores, sobre todo en las horas pico ( antes ni siquiera usábamos este modismo).
Ahora hay familias que transportan a sus hijos a los centros educativos y tenemos que preguntarnos: ¿ ellos van seguros?
En México la muerte de niños por accidentes de tráfico se encuentra entre las primeras cinco causas de muerte en los últimos años. A nivel nacional de cada 100 muertes , 37 son por esta causa . Si tomamos en cuenta a las personas que no mueren pero quedan con lesiones, el costo de su atención es de 3,600 millones de dólares anuales sólo en el Distrito Federal.
En México 2 de cada 5 niños viajan en vehículos motorizados sin protección adecuada. Si se utilizara la silla de protección acorde a la edad y peso del niño, se podrían evitar el 75% de las muertes y el 90% de las lesiones.
Después de un accidente, nada es igual
El colmo de la irresponsabilidad es cuando el conductor de un vehículo lleva al niño al volante , al viajar a una velocidad de 60km por hora, la inercia del vehículo , hace que nuestro peso aumente por lo menos 10 veces ; esto quiere decir que si un niño pesara 10 kg. , se estrellaría en el parabrisas de cualquier automóvil.
Si este golpe no le causara la muerte , imaginemos ¿ que lesión dejaría en su cabecita?
La recomendación de usar una silla de protección adecuada es hasta los 9 años , cuando el cinturón de seguridad del vehículo no quede a nivel del cuello del niño.
Cuando queramos hacer un regalo a nuestro hijo , en lugar de comprar algún juguete que en tres días van a desechar los pequeños, invirtamos en su seguridad , no sea que el día de mañana sea demasiado tarde.