Todo padre sueña con el hijo ideal, y todo esto solo queda en un hijo mejor. Lo cual llega a ser el reflejo de lo que nosotros somos.
En nuestra juventud si recordamos nos rehusábamos a ser la voluntad de nuestros padres, y no necesariamente era por desobediencia sino porque creíamos hacer lo correcto, de igual manera acontece en nuestros tiempos.
Los hijos desean experimentar el mundo por sí mismo, el tomar decisiones, aun cuando en ellos mismos cabe la duda de cuál será el resultado.
Tal vez ellos lleguen a pedir consejos por parte de los padres, y nosotros corresponderle... pero esto no nos da el derecho de intervenir de una manera directa. Recuerda que no podemos manipular su vida ni sentimientos solo por ser menores.
En esta etapa que necesitan de nuestra confianza y de la confianza en ellos mismos, eso hará madurar sus confianza en el mismo... y por consecuencia le dará madures. Esto no quiere decir que va hacer todo lo que el quiera, supervisemos de una manera sabia sus actividades sus amistades y sus pensamientos.
Entiendo que no será fácil dejar de angustiarse por sus hijos, pero es necesario dejarlos caminar por la vida. Cuando el hijo se equivoque no seamos el juez para marcarle el error, más bien tiéndele la mano y hazle saber que se equivoco con una manera amigable y motívale y recuérdale que no todo es tan fácil.
Cuando llegamos a la edad adulta notamos que de los errores hemos aprendido, evitaremos a nuestros hijos muchos fracasos o frustraciones.
La sobre protección no es nada buena esto solo te dará dolor de cabeza a ti y a tu hijo, no harás un bien solo como resultado tendrás un hijo altanero, soberbio... déjalo crecer que el entienda que la vida no es de color de rosa, que hay triunfos y fracasos en el caminar de la vida.
Los fracasos son pequeñas caídas que nos hacen crecer y hacer las cosas lo mejor que podemos.
Dale a tu hijo de tu tiempo... consejos, protección. (No sobre protección)